En el inmenso clamor de la noche,
En el silencio mortal del tiempo,
Un hermoso Réquiem comenzó
Con oscuras notas
Que recorren la soledad…
Notas que irrumpen en los aprehensivos
Sentidos, tan necesitados de hermosura
De aquella oscuridad que reconforta.
Y es que la belleza está
En todas las cosas,
Mientras la mirada sienta el ardor de la pasión.
Pasión que se mantiene suspendida en el tiempo
Donde la razón es libre
Y tu voz habla a través de las musas,
Llenas de virtud.
Efímera mirada posada en Apolíneas claves
De inmenso poder…
Profunda música que lleva a la utopía
Y rompe las cadenas del pesimismo y desesperanza.
Las indómitas liricas y complicados matices,
Que invaden las sombras…
Haciendo bello el temor hacia ellas...
Cabalístico valor representado
En el sagrado número Dix…
Que 10 son los años infundidos en misterio;
Esencial en detrimento de la existencia mortal…
Existencia tejida en diferentes direcciones,
Plagada de irreverentes caminos,
Obstáculos y acciones.
Aletargante es el viaje, incesante en pruebas,
De pocas virtudes, grandes placeres
Y culpas… A las que alma se resiste por conservar
Una nívea autenticidad…
Para algunos la realidad se fragmenta frente
A las divinas flechas de la ironía y la monotonía.
¡Admirados sean aquellos que derriban los muros
De la agónica existencia!
Aquellos que extienden las alas al melódico
Jardín donde el dialogo de las musas deifica
Los instintos, abnegados…
¿Qué no son los instintos los causantes de
Una desbordante y consiente intención
Para liberar al espíritu?
Aprisionado por las multitudes…
Muertas y carentes de sentido…
Laureada odisea que lleva a un camino
De redención, que con un paso ligero
Invita a la bella muerte…
Utopía, e inconclusión de los sentidos
Enardecidos, inundados en angelicales notas…
En hermosos coros y caudales que son
Un precioso tributo a la grandeza…
Que en la memoria deberá ser eterna….